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Guitarra Clásica  Contemporánea
Luis Cepeda

CONSTRUCCIÓN

La construcción de mis instrumentos es completamente artesanal. Trabajo sólo y muy lentamente y siempre remato una guitarra antes de empezar la siguiente, excepto el periodo de barnizado, que se prolonga a lo largo de tres o cuatro semanas y en cual alterno el barniz con el comienzo del siguiente instrumento. Mi interés se centra en conseguir instrumentos equilibrados y potentes, con todas las características de una buena guitarra de concierto, y que además sean fáciles de tocar.
Creo que además del sonido importan otros muchos detalles que sólo se pueden calibrar cuando se tiene la guitarra en las manos y que son consecuencia de la atención y del cariño que el guitarrero pone en cada una de sus creaciones.
Cuando estoy haciendo una guitarra soy bién consciente de que lo que hago tiene una importancia fundamental para el guitarrista que la va a tocar, y de que si hago un buen trabajo, mi guitarra será algo muy importante en su vida y va a facilitar su tarea y a contribuir al desarrollo de su expresividad y de su arte.

DOBLE TAPA

Después de construir todo tipo de guitarras durante muchos años por el sistema tradicional, mi contacto y amistad con algunos excelentes músicos profesionales me ha permitido conocer y examinar directamente las grandes guitarras de concierto de los constructores mas conocidos del momento actual.
Por otra parte, siempre me ha interesado experimentar e investigar sobre los distintos cambios que se están produciendo en la construcción de la guitarra clásica y no he regateado tiempo ni esfuerzo para probar personalmente muchas de las innovaciones que para los interesados en el tema se pueden descubrir en la red. En este momento, apuesto decididamente por el modelo de guitarra que algunos de los guitarristas profesionales que conozco ya han elegido: el diapasón elevado y la tapa hueca compuesta laminada y con núcleo interior de rejilla hexagonal de Kevlar, cuyas características se explican más adelante en su apartado. La tapa hueca o doble tapa comenzó a desarrollarse hacia los años ochenta del siglo pasado y se debe en principio a la inventiva y al trabajo común de los constructores alemanes Matthias Dammann y Gernot Wagner. En el extranjero ya hay un buen número de constructores que la han adoptado, si bien en España todavía es poco conocida. Cuando se redactó por primera vez esta página (Julio de 2009) no existía ningún profesional conocido construyendo guitarras de este tipo. En este momento todavía hay muy pocos guitarreros que lo hacen, aunque una conocida marca nacional ya ofrece un modelo de tapa hueca. Las características de sonido son las mismas que las de una buena guitarra tradicional, pero el volumen y la proyección son considerablemente mayores, añadiéndose a ello otras evidencias mas difíciles de explicar como es la sensación de blandura en la pulsación consecuencia probablemente de la flexibilidad de la tapa. Creo firmemente que es el futuro de la guitarra clásica para los que prefieren no arriesgar el resultado de un concierto con las incertidumbres de la amplificación, o sencillamente no quieren que su trabajo esté supeditado a medios técnicos o al de otros profesionales.

diapason elevado

DIAPASÓN ELEVADO.
El diapasón elevado es otra característica constructiva que permite una mayor comodidad de ejecución en las posiciones más altas, a partir del traste 12º. Además con ello se aumenta la  masa de madera bajo el diapasón en esta zona del astil, lo cual beneficia la sonoridad de las primas en estas posiciones, que ganan en el tiempo de prolongación de la nota.
Existen varias soluciones constructivas para materializar este implemento. La mía está estudiada y mejorada de manera que la tabla de ébano vuela ligeramente sobre la boca, permitiendo un desplazamiento de esta hacia el extremo superior de la plantilla para aumentar la superficie del lóbulo inferior y mejorar la sonoridad.

RIGIDIZACIÓN DEL ASTIL

En los años sesenta del siglo pasado y siempre para guitarras de un cierto valor, se instauró la costumbre de construir el astil con inclusiones de varias maderas en orden a conseguir una mejor rigidización y estabilidad dimensional de este. Se acostumbraba a incrustar una tira de ébano en el centro y a veces incuso dos.
También se ha usado y se sigue utilizando el sistema de alma metálica con tensor de varilla roscada, sobre todo algunos guitarreros americanos, consecuencia de la tradición de este mecanismo en las guitarras acusticas de cuerdas metálicas.
Estos dos procedimientos de rigidización los he empledo yo mismo hasta hace poco en todas mis gitarras, incluso con sustitución de la madera de ébano por barras de fibra de carbono fijadas con resina de epoxi y ocultas dentro del astil bajo el diapasón.
Pero esto siempre ha sido un motivo de discusión con mi querido amigo y asesor Marcos Diaz, que odia el dichoso sistema de tensor, pues tiene una guitarra de un prestigioso lutier americano que en alguna ocasión le ha dado problemas de vibraciones. Finalmente cuando visité a Mattias Dammann, hablando con él de este tema, terminó de convencerme de la innecesariedad de instalar sistemas de rigidización, que él no utiliza y sustituye por una muy cuidadosa selección de la madera de cedro que emplea. Así desde principios del año 2017 he decido hacer mis astiles macizos, sin inclusión de tiras de fibra de carbono ni tensores en el interior, y por supuesto eligiendo los mejores cortes de cedro, con lo que consigo además unas pesos finales en la guitarra muy ajustados y unas mejores características vibratorias del conjunto del diapasón y astil con lo que estoy convencido de que mejora la acústica del instrumento.

BARNIZ.
El barniz normal de mis instrumentos es la goma-laca tradicional a muñequilla. Para el guitarrista son de sobra conocidos los inconvenientes de este acabado, pues en realidad ofrece muy poca protección a la madera, no tiene resistencia al desgaste y se raya con mucha facilidad. A esto se añade la dificultad de ejecución y el trabajo intensivo y aburrido que supone este barniz para el guitarrero. Sin embargo todos estamos de acuerdo en que es el acabado que no resta sonido a la guitarra. Quien haya tenido oportunidad de sustituir en un instrumento un barniz dado a pistola por otro aplicado artesanalmente a muñequilla habrá comprobado el sorprendente aumento de sonido y mejora del timbre que se suele producir con este cambio.
En contrapartida  a sus inconvenientes, el barniz a goma-laca es fácilmente renovable y los instrumentos acabados así tienen el tacto cálido de algo vivo, al igual que la misma madera pues ambos materiales proceden de organismos naturales. También hay que decir que como muchas cosa delicadas, es lo mas bello en barniz por su textura, brillo y por la forma en que realza el color, el grano y los matices de las maderas nobles.  En resumen, es el acabado exigible para un instrumento profesional de concierto.

ROSETAS.
En congruencia  con lo que debe ser un instrumento pensado para producir una buena respuesta musical, los adornos y embellecimientos de la guitarra clásica se han conservado tradicionalmente dentro de una contención que raya en la pura austeridad.
Así  la roseta de la boca y las cenefas y filetes que protegen los bordes de tapa y fondo  son los únicos elementos  que junto con el remate de la cabeza del clavijero permiten personalizar  el instrumento. Las rosetas constituyen  un trabajo delicado y preciso, ya que están formadas por tiras de diferentes clases de maderas teñidas o en su color natural, además del mosaico, compuesto por diminutas piezas de chapa de las mismas maderas.
Para construir el taquillo a partir del cual se cortan los segmentos de mosaico incrustados entre las tiras exteriores, es necesario primero estudiar cuidadosamente su diseño. Cuando se ha decidido cómo va a ser el motivo fundamental,  se preparan las chapas de distintos colores, que tienen un espesor de medio milímetro, y se ordenan para formar  cada una de las filas que componen el diseño. Pegando estas chapas por su orden sacamos unos bloques que se cortan también a medio milímetro de espesor.

De cada bloque sale un conjunto de tiras iguales, de manera que para hacer una barra de taquillo hacen falta tantos bloques como filas tenga el diseño, y tantos cortes de los anteriores como tenga el número de columnas. Después siempre con cuidado para no desordenar el conjunto, se encolan las tiras de medio milímetro unas sobre otras y por su orden para formar la barra de la cual sale cada taquillo o segmento de mosaico, que viene a tener entre siete y diez milímetros en cuadro y un espesor de uno y medio o dos milímetros. Cada taquillo de mosaico puede estar formado por un número comprendido entre doscientas y cuatrocientas piezas,  y para formar la cenefa completa que va incrustada en una boca hacen falta entre cuarenta y sesenta trozos iguales de mosaico, dependiendo de su tamaño.

Otra de las tareas clásicas para el embellecimiento de la guitarra es la conocida cenefa en  espiguilla. Se forma a partir de cortes diagonales de tacos compuestos por dos tiras alternadas de distinto color, que se pegan simétricamente a otra sencilla que constituye el eje de simetría.
La espiguilla se utiliza en las bocas y también algunas veces en el adorno de exterior de la tapa.

 

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FONTE DOS CAÑOS Nº 1-G,  32004, ORENSE, ESPAÑA.